La sustitución de dientes perdidos por prótesis dentales ha sido uno de los tratamientos médicos más antiguos aplicados por el hombre desde la antigüedad.
Las prótesis actuales han evolucionado tanto en el uso de materiales como en la tecnología para fijarse en la boca del paciente. Y es que el reemplazo de los dientes perdidos tiene un doble fin: estético y social y, sobre todo, funcional, puesto que al perderse dientes se producen problemas graves alimentarios al no tener el control del bolo alimenticio durante la masticación y, además, puede influir en la posición de otros dientes, en la dicción, etc.
¿Cómo se fijan las prótesis dentales?
Dependerá mucho de cada paciente, del número de dientes perdidos, de la posición de estos, etc. Es vital que el profesional médico realice una proyección, un diseño y una ejecución de cada prótesis.
Esencialmente, las prótesis se clasifican, según su fijación, en:
- Mucosoportada. Es decir, su fijación se hace sobre la mucosa de la boca.
- Dentomucosoportada. El soporte se realiza tanto sobre la mucosa como en posibles dientes que aún existan en la boca del paciente.
- Implantomucosoportada. Se apoya sobre la mucosa dental y también sobre implantes dentales.
Los aparatos de prótesis dentales removibles, sobre todo los mucosoportados, se sujetan por medio de adhesivos que, utilizados de forma adecuada, mejoran la retención y la estabilidad de las prótesis dentales. Igualmente, estos adhesivos pretenden sellar la acumulación de restos de alimentos por debajo de las prótesis, evitando la fijación de biofilm.
Junto a los adhesivos, y cuando es posible (como en las prótesis dentomucosoportadas) también se utilizan dispositivos no rígidos, llamados retenedores, para fijar las prótesis a los dientes naturales de los que aún disponga el paciente.
Tanto la adaptación del paciente a las prótesis como la formación para su uso y limpieza son esenciales, y en ellas tienen un papel fundamental los odontólogos.
Tanto la adaptación del paciente a las prótesis como la formación para su uso y limpieza son esenciales, y en ellas tienen un papel fundamental los odontólogos. El especialista evalúa de forma regular estos aspectos para evitar problemas que puedan derivar en molestas situaciones e incluso enfermedad periodontal o periimplantaria cuando existan dientes o implantes.
Hábitos de higiene bucal
La higiene bucal es importante en cualquier persona, y en aquellos pacientes con prótesis dentales removibles es también fundamental. Debe lavar y masajear al menos dos veces al día la mucosa de su boca en donde la prótesis se fije, concretamente el reborde edéntulo, utilizando para ello un cepillo dental específico para prótesis dentales suave. Con ello evitamos, principalmente, la acumulación de placa bacteriana. Por lo que respecta a las prótesis dentales, estas también deben cepillarse para eliminar bacterias y restos de alimentos, así como los propios dientes, utilizando comprimidos limpiadores, que combaten el 99,9% de las bacterias y hongos que se pueden producir, además de eliminar manchas que puedan producir ciertos alimentos como el café, el té o hábitos como el tabaquismo. Se recomienda hacer esta desinfección de la prótesis por las noches, aprovechando así que, durante unas horas, la boca y la mucosa descansan de la presión que soportan con este tipo de aparatos dentales.
También pueden utilizarse colutorios para completar la higiene de dientes y mucosas.
Por último, también debe limpiarse la lengua, en el dorso, con un limpiador lingual.
Con estos sencillos hábitos se pueden evitar los problemas más habituales de los portadores de este tipo de prótesis removibles: mal aliento producido por el crecimiento de bacterias, al acumularse restos de comida en las prótesis, entre estas y las mucosas, y en los dientes naturales; y, además, los problemas gingivales producidos por placa bacteriana o por la mala adaptación a las fijaciones de las prótesis.
También podrían aparecer otro tipo de problemas, como movimientos de las prótesis por problemas de estabilidad, si las prótesis no se van ajustando a los cambios que se producen en los rebordes con el paso del tiempo, o bordes sobreextendidos que generen lesiones en tejidos blandos y ulceraciones. Este tipo de situaciones se pueden deber a prótesis mal diseñadas o a errores de oclusión o al propio desgaste de la prótesis con el tiempo, que deben ser solucionados por nuestro especialista.
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