La caries es la enfermedad bucodental más extendida entre la población mundial. Se trata de una patología causada por la acción de las bacterias que, al constituir una placa o biopelícula, metabolizan los hidratos de carbono produciendo ácidos que atacan la superficie de los dientes y destruyen el esmalte. De no tratarse a tiempo y de manera adecuada, la caries puede provocar la pérdida de dientes, afectar a otros dientes vecinos e incluso originar otras afecciones más graves.
Se ha avanzado mucho en la prevención de esta enfermedad, muy ligada a los hábitos de higiene bucal. Con un cepillado adecuado, la reducción de la ingesta de azúcares que favorecen la acción de dichas bacterias y el uso de flúor en agua y productos de higiene bucal, que retrasa el desgaste de los dientes y su proceso de remineralización, se ha conseguido reducir su incidencia de manera muy importante.
Pero, de cara al futuro, los investigadores buscan soluciones, si no definitivas, aún más efectivas para erradicar la caries.
Varios equipos de investigadores están trabajando en lo que se ha denominado como «vacuna anticaries». El Streptococcus mutans afecta al diente al producir ácido; sin embargo, para hacerlo necesita estar adherido al diente o, de lo contrario, la saliva lo arrastraría y eliminaría. La «vacuna» actuaría entonces evitando esa fijación, generando anticuerpos y proteínas que reconozcan y bloqueen las moléculas que utiliza el Streptococcus mutans para fijarse al diente.
Aunque los resultados obtenidos están siendo prometedores, aún se está lejos de una aplicación práctica de una «vacuna anticaries». Existen limitaciones en las que se están trabajando, como conseguir que nuestro cuerpo produzca la concentración necesaria de anticuerpos en la saliva para que sea efectivo el resultado. Asimismo, se deben seguir investigando posibles efectos secundarios para que dichos anticuerpos no alteren el equilibrio del resto de la flora bacteriana de nuestro cuerpo, que es necesaria para una buena salud.
En línea con el uso de anticuerpos para prevenir la caries estaría una segunda vía, que es la de la «vacunación pasiva». La idea sería fabricar anticuerpos fuera del cuerpo humano para luego administrarlos, por ejemplo, a través de colutorios o incluso de alimentos preparados como el yogur. Así, un equipo del Hospital Guy, en Londres, anunció hace unos años que había conseguido producir anticuerpos efectivos contra el Streptococcus mutans a partir de plantas de tabaco manipuladas genéticamente.
De cualquier manera, fuera de los avances científicos y tecnológicos que puedan aparecer y aplicarse de manera efectiva, la higiene bucal adecuada, las revisiones con nuestro odontólogo y una dieta equilibrada reducida en azúcares seguirán siendo las armas principales para evitar la aparición de la caries.
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