¿Que pasa si no voy al dentista?
La importancia de visitar regularmente al odontólogo
En
temas de salud, la prevención es la mejor receta. Este consejo es
válido en cualquier especialidad, pero cobra importancia cuando hablamos
de la salud de nuestra boca. Estéticamente es nuestra carta de
presentación ante los demás en el día a día. Pero, también, es fuente de
problemas médicos, si no la cuidamos adecuadamente.Sin embargo, a pesar
de todo, se sigue acudiendo mayoritariamente al dentista solo cuando
aparece una molestia, cuando el problema ya ha aparecido.Se recomienda
dos visitas anuales al odontólogo para prevenir posibles problemas
dentales y, en el caso de que estos aparezcan, tengan un más fácil
tratamiento.Entonces, ¿por qué seguimos resistiéndonos a acudir con
regularidad a nuestro dentista? El miedo al dolor ya no tiene ningún
sentido. Los avances tecnológicos de la odontología moderna han
posibilitado tratamientos mucho más cómodos e indoloros para los
pacientes.
Otra de las razones argumentadas es el coste
que supone este tipo de revisiones periódicas. Sin embargo, nada más
lejos de la realidad, al evitar las visitas preventivas, nos exponemos a
sufrir patologías que, finalmente, supondrán la visita a nuestro
odontólogo y, no solo a un coste aún mayor, sino con mayores
incomodidades y, en muchos casos, derivando en problemas serios de
salud.
Muchas patologías bucodentales comienzan sin
ningún dolor previo y solo se manifiestan cuando están muy avanzadas. La
única forma de detectarlas en una fase inicial es a través de estas
revisiones
El riesgo de enfermedades bucales es
permanente y debemos estar alerta. Se ha estimado que de el riesgo de
caries no disminuirá. Con la edad la situación empeora. A pesar de ello,
sigue existiendo una falta de conciencia entre los ciudadanos de la
importancia de la salud bucal y de su impacto en la salud corporal. Se
sigue pensando que los asuntos bucodentales son más estéticos que
sanitarios.
Los hábitos educativos se tornan, así, en
algo fundamental para cuidar nuestra boca, comenzando por la higiene
diaria desde que somos niños hasta las visitas periódicas con nuestro
dentista de confianza, al igual que hacemos con nuestro pediatra o
nuestro médico de cabecera. Si además fumamos, bebemos alcohol con
regularidad, llevamos prótesis, implantes u ortodoncia, o bien tomamos una determinada medicación, la atención debe ser aún mayor.
Pensemos,
pues, cuándo fue la última vez que visitamos a nuestro dentista y no
esperemos a tener algún problema o síntoma en nuestros dientes y boca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario