17 de junio de 2015

La limpieza dental profesional

















Uno de los tratamientos más realizados, sino el que más, en cualquier consulta odontológica es la denominada profilaxis dental, o comúnmente llamada limpieza dental. Este procedimiento, que debería realizarse de forma periódica, es realizado por nuestro profesional dental, bien sea dentista o higienista, en un proceso que apenas dura 30 o 40 minutos pero que es esencial para mantener una correcta higiene bucal.
La función preventiva de la limpieza dental profesional se complementa con la higiene diaria por medio del cepillado, el uso de hilo dental y colutorios.
¿Cuál debería ser la periodicidad de dicho tratamiento?
Los expertos aconsejan que se realice cada seis meses, como mucho cada año, lo que ayudaría a conservar no solo una correcta salud bucal sino también una sonrisa más saludable. Gracias a la profilaxis dental se eliminan manchas que algunos hábitos, como el consumo de tabaco, café u otras bebidas o alimentos, provocan en nuestros dientes. Igualmente se evitan efectos indeseados como el mal aliento.
Pero, además de la eliminación “estética”, la limpieza dental profesional ayuda a eliminar la placa y el sarro, fuentes de bacterias que son la principal causa de enfermedades bucales como las periodontales, o las caries, entre otras.
La prevención de las enfermedades periodontales es también uno de los grandes objetivos de la profilaxis dental. Denominadas también “enfermedades silenciosas”, muchas veces solo ofrecen síntomas cuando están muy avanzadas. De ahí que su detección sea crucial para evitar, incluso, la pérdida de dientes.
La limpieza dental profesional siempre se realiza con una exploración previa completa que incluye tanto los dientes como las encías. Con ella se detectarán posibles patologías previas que podrían desaconsejar la limpieza hasta su tratamiento. Además, gracias a esa exploración se pueden detectar síntomas de patologías o enfermedades que pueden estar afectándonos sin ofrecer síntomas, como en el caso de la diabetes.
A continuación el dentista o el higienista dental comenzará la limpieza, concretamente con lo que se denomina tartrectomía o eliminación de los cálculos supragingivales y subgingivales, (por
debajo de la línea entre encías y dientes). En las zonas subgingivalesl  se forman placas dentales mineralizadas y no mineralizadas así como manchas producidas por alimentos, bebidas e incluso colutorios.
Tras la tartrectomía es el turno del raspaje, una técnica por la que el especialista eliminará del resto de la superficie dental cálculos, placa, pigmentaciones y otros depósitos orgánicos. Después llega el asilado que permite eliminar la superficie cementaria necrótica de los dientes y obtener una superficie lisa.
Por último, para completar la limpieza se procede al pulido de la superficie de las piezas dentarias, tanto de la corona como de la raíz. Con esa última operación se consigue una superficie aún más lisa que dificultará la acumulación de placa. Finalmente se refuerza el esmalte aplicando pastas profilácticas con base de flúor.
Para realizar todas estas tareas de la limpieza bucal profesional se utilizan tanto instrumentos manuales como mecánicos, de tipo ultrasónico y subsónico, así como instrumentos y sustancias para el pulido como pastas abrasivas de diferentes grados.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario